La industria pesquera china en aguas internacionales cuenta con el pleno respaldo del gobierno para expandirse, según declaró recientemente el primer ministro chino, Li Qjang, al hablar del fortalecimiento de la seguridad alimentaria de China; entre otras cosas, se apoya al sector pesquero de aguas lejanas del país con generosas subvenciones.
Pero, ¿es esto perjudicial para las industrias pesqueras de otros países? Por un lado, hace sólo unos días, seis barcos chinos que faenaban en aguas lejanas fueron abordados por una patrulla conjunta de Estados Unidos y Vanuatu, acusados de infringir la ley de pesca. Por otro lado, la armada argentina controla con gran esfuerzo la flota pesquera china con operativos constantes. Y por último, se sospecha que un gran número de buques chinos entran en el Perú a 200 millas, sin los dispositivos satelitales exigidos por nuestra normativa para las flotas extranjeras, capturando especies pelágicas como el jurel o el calamar gigante y entregando estos recursos a buques nodriza cercanos.
Estas embarcaciones también recalan en puertos peruanos supuestamente para cambiar tripulaciones y renovar documentos, pero en realidad se abastecen de víveres, agua fresca y combustible. Los especialistas afirman que se están violando las leyes que protegen la sostenibilidad de esta especie.
La pregunta ahora es: ¿Estos nuevos "grandes planes de expansión" chinos son realmente conscientes y respetuosos con los recursos marinos de otros países más pequeños? Subvencionar a flotas que ya son sospechosas de pesca irregular llevaría a chocar con muchos países. Las autoridades han dicho, sin embargo, que procederán dentro de la legalidad.